Antoine de Saint-Exupéry fue un aviador en los tiempos en que la aviación tenía instrumentos insuficientes y pilotear era una ocupación muy difícil y peligrosa, uno de los pioneros de los vuelos postales internacionales. Las experiencias vividas como piloto fueron en algunas ocasiones su fuente de inspiración como escritor.
Nació el 19 de junio de 1900 en Francia y desde muy pequeño manifestó interés por la aviación y aprendió el oficio cuando prestó servicio militar.
Fue el tercer hijo de una familia de la aristocracia. Su padre poseía un título de la nobleza, su madre trabajaba de enfermera. Aunque perdió a su padre a la edad de cuatro años tuvo una infancia feliz. Al quedar huérfano de padre cultivó una relación muy unida a su madre, cuya gran sensibilidad y erudición influyeron en él profundamente, y con la que sostuvo una fluida correspondencia durante toda su vida.
En 1926 publicó su primera novela breve, El aviador, y obtuvo un contrato como piloto para una agencia privada. Se desempeñó como jefe de estación aérea en el Sahara español y en ese período escribió su segunda novela, Correo del Sur (1929). En los años 30 realizó adaptaciones cinematográficas y otras actividades.
En uno de sus viajes mientras se encontraba en África sufrió un accidente y se perdió en el gran desierto. De esta experiencia surgiría su obra maestra: El Principito, cuya historia escribió durante su estadía en la ciudad de Nueva York al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El Principito fue catalogado como una de las mejores creaciones literarias del siglo XX. Ha sido traducida a más de 250 idiomas y, recientemente, a la lengua aymara.
El Principito fue su libro más afamado y hace hincapié en la crítica social y el mundo adulto. Por ello, en 1975 como un homenaje y en honor a su reconocimiento mundial le fue otorgado el nombre de Saint-Exupéry a un asteroide.
En 1943 se incorpora nuevamente al ejército y combate hasta el 31 de Julio del 1944, momento en que su avión desaparece frente a las costas de Marsella por causas desconocidas. Varios días después un cadáver sin identificar que llevaba insignias francesas fue encontrado al este del archipiélago Frioul al sur de Marsella.
En 1994 se recuperaron partes de su avión y en 2008 un piloto alemán reconoció haber derribado el aparato de Saint-Exupéry.